En la Residencia de Discapacidad Intelectual (RDIA), de Hermanas Hospitalarias ubicada den Arroyomolinos, trabajamos con personas con discapacidad y alteraciones de conducta, un colectivo vulnerable, con dificultad para adquirir habilidades y aprendizajes que requiere recursos específicos, adecuación del entorno y apoyos individualizados.
En un alto porcentaje es característico un retraso en el desarrollo psicomotor, complicaciones en el control del cuerpo, del equilibrio y la percepción, así como alteraciones del tono muscular y del movimiento y/o dificultad para caminar que afecta a movimientos tan sencillos como subir y bajar escaleras. Además se asocian patologías digestivas, respiratorias, neurológicas etc. Por todo ello tienen un gran requerimiento de tratamientos y cuidados, donde la fisioterapia tiene un papel protagonista y contamos con herramientas para abarcarlas y prevenirlas.
Es necesidad esencial la rehabilitación desde un abordaje interdisciplinar, formado por fisioterapeuta, medicina interna, enfermería, terapia ocupacional, psicología y trabajo social, que buscan alcanzar los objetivos de cada residente con una terapia coordinada y continua para una óptima efectividad.
Es muy importante que el tiempo vaya a nuestro favor, consiguiendo un diagnóstico precoz y de garantía que se acompañe de un tratamiento específico. La intervención inmediata es fundamental y debemos prestar atención a signos y síntomas de alarma (dificultad de movimiento, pérdida de fuerza, inestabilidad etc.), lo que contribuye a reducir el número de exacerbaciones y disminuir las hospitalizaciones.
El tratamiento fisioterápico debe contemplar el concepto general de individualización, trabajando de forma personalizada los problemas de cada residente para minimizar y compensar las alteraciones funcionales.
La fisioterapeuta, tras una anamnesis y en función del problema, decide pautar un tratamiento que incluirá: terapia manual, cinesiterapia adaptada, movilizaciones articulares, el ejercicio terapéutico, la Reeducación Postural Global (RPG) y un largo etcétera de técnicas.
Establecer protocolariamente un tratamiento no es suficiente, las técnicas e intervenciones deben ajustarse no solo a las necesidades específicas de cada residente, sino a las dificultades conductuales que presentan, con estrategias, propuestas y actuaciones alternativas a comportamientos problemáticos que conlleven a un mayor compromiso y adherencia terapéutica.
A continuación se detallan las dificultades propias del déficit cognitivo y problemas conductuales así como las herramientas de las que disponemos para alcanzar un correcto diagnóstico y aplicar un tratamiento adecuado:
Además, desde fisioterapia, se promueve la actividad física adaptada por los múltiples beneficios que esta proporciona para la salud, que también ha demostrado ser útil para combatir la angustia y la ansiedad, ya que, además de mejorar la energía y la calidad del sueño contribuye a reducir el estrés, la fatiga y la depresión.
Todo ello encaminado a minimizar el deterioro motor y funcional y al control de secuelas para conseguir los mayores grados de autonomía y funcionalidad del residente para su inclusión en la sociedad con un estilo de vida activo y saludable.
Maria Cruz Aguado Burgueño, Fisioterapeuta de la RDIA