Desde el año 2011 el CABM trabaja con el Modelo EFQM. A lo largo de estos años se han vivido varios cambios al respecto, pero el más significativo sin duda es el que ha adoptado EFQM en su versión 2020 el cual ha integrado en su lógica aspectos tan necesarios como la gestión de riesgos, la sostenibilidad o la innovación. Esta nueva versión ha supuesto un esfuerzo para la organización, especialmente en los nuevos conceptos que incorpora, pero sin duda, el resultado es un conocimiento más profundo e integral de la organización teniendo además en cuenta un contexto tan volátil, cambiante y donde se convive con la incertidumbre y la ambigüedad.
“Todo reconocimiento es siempre un impulso para la continuidad del proyecto, para el sentido de orgullo de pertenencia de las personas que trabajamos en él y para la razón de ser de la organización. Para nosotros, supone una gran satisfacción saber que estamos haciendo las cosas bien, con las personas que se nos confían. Nuestra labor tiene como centro la persona, una persona que pasa gran parte o toda su vida con nosotros, por lo que el impacto de lo que hacemos tiene un gran alcance. Ser reconocidos por ello, nos hace sentir que estamos cumpliendo con nuestro propósito” comenta Leticia Samartín, responsable de calidad del CABM.
Proceso de evaluación
La evaluación se ha preparado con el apoyo del “Club Excelencia en Gestión”, lo que ha sido de gran importancia para poder entender los aspectos fundamentales en los que profundizar para utilizar adecuadamente esta herramienta, más aún en organizaciones del sector sanitario y sociosanitario donde ha habido menos recorrido con los modelos de gestión. Realidad que está cambiado gracias a la mayor presencia de entidades del sector, y espacios para la gestión del conocimiento, como los Foros de Sanidad.
La evaluación es la fase final del proceso de implantación, que cristaliza con el reconocimiento del Sello EFQM, por ello, no hay que dejar de mirar más atrás. Desde hace un año el CABM trabaja en los nuevos conceptos del modelo implicando a todas las personas de la organización, para así garantizar su asimilación y alineación con la oportunidad que nos brinda este reconocimiento. Destacar, el momento de la autoevaluación que, sin lugar a duda, ha sido un período fundamental para testar nuestro centro, objetivar nuestras perspectivas y ajustar las estrategias a los resultados que necesita la organización y todos sus grupos de interés.
Acreditación +500
El CABM es un centro con una actividad asistencial dedicada a la salud mental, la psicogeriatría y la discapacidad intelectual, con servicios especializados, lo que hace que la aproximación sea más compleja. Los evaluadores han hecho fácil el proceso, el diálogo ha sido fluido y las conclusiones útiles para abordar nuevas oportunidades de mejora. Nuestro Marco de Identidad se evidencia como un punto fuerte, que se expresa a través de nuestro Modelo Asistencial donde la centralidad de la persona toma protagonismo. Además, durante la evaluación se han destacado otros puntos fuertes: el modelo de relación con los residentes y familias para satisfacer sus necesidades y expectativas, el sistema de Evaluación del Desempeño con gestión por competencias, la Gestión del Ecosistema con Vigilancia y Posicionamiento, la Cultura de Gestión y Mejora Continua de Riesgos, y por último, la Gestión Financiera.
Además de poner en valor los puntos fuertes de nuestro centro, también se han identificado los retos de futuro que el centro debe acometer. Avanzar en Diagnosticar la Experiencia, reforzar los enfoques de Innovación y Pensamiento Disruptivo, Consolidar loa Gestión Ambiental e implantar nuevas Prácticas de Buen Gobierno, son los principales retos detectados.
Trabajo continuado por la excelencia
El CABM decide escoger este Modelo de gestión de Calidad tras haber realizado un largo recorrido de madurez en su cultura de Calidad, que se inicia con la implantación de la ISO 9001, desde el año 1999, cuando se certifica en todos sus servicios/unidades. Un sistema de gestión bien vertebrado, donde las personas cuentan con una cultura de calidad, se implican en los procesos de mejora y proponen nuevos retos, ha sido la base para iniciar de manera sólida la implantación del Modelo EFQM en el año 2011, inicialmente como herramienta de autoconocimiento y de cultura de excelencia, y posteriormente como reconocimiento. El CABM se encuentra en una profunda transformación y el Modelo EFQM no finaliza en el Sello que acabamos de obtener, sino que sirve de herramienta para hacer realidad dicha transformación.